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Miércoles, 13 12 2017
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Liber Seregni

Seregni, hoy como siempre: “Levantemos el punto de mira para poder operar sobre el presente”

Los 101 años de Liber Seregni, guiándonos hoy más que nunca

"Debemos meternos profundamente en la ‘sociedad de conocimiento’, porque es absolutamente necesario este tránsito" (Liber Seregni, 13/12/2000)

“Levantemos el punto de mira, dejemos esa mirada ramplona de la inmediatez, pensemos otra vez en términos históricos, en términos trascendentes, para poder operar sobre el presente” (Liber Seregni, 13 de diciembre de 2001)

Hoy se cumplen 101 años del nacimiento del máximo líder histórico del Frente Amplio, el general Liber Seregni.

Justamente, en su cumpleaños 84, en 2000, anticipándose como siempre a los tiempos y pensando en “la mañana siguiente”, el general nos dejaba extraordinarias reflexiones sobre asuntos que hoy, 17 años después, mantienen vigencia y nos ayudan a dar renovadas respuestas ante los desafíos de este tiempo.

En los umbrales de la peor crisis del país, Liber Seregni fue capaz de dejar lecciones fundamentales en aquellas circunstancias y que tienen hoy, en una situación tan distinta, con el Uruguay en marcha y el FA en el gobierno, el valor de las grandes enseñanzas que siempre habrán de ayudarnos.

El cambio de una civilización industrial a una civilización del conocimiento

Hablando el día de su cumpleaños en un acto organizado por el Centro de Estudios Estratégicos 1815”, que fundó en 1997 y dirigió hasta su disolución, en 2004, Seregni nos convocaba (nos sigue convocando) a “meternos dentro de los cambios producidos por la ‘revolución tecnológica’, esta situación por la cual estamos transitando ahora, la ‘sociedad del conocimiento’”, que “fue para nosotros y para mí de una riqueza excepcional”.

Agregaba: “Terminamos el siglo pasando al nuevo siglo y al nuevo milenio, pero estamos haciendo un poco la cita callando. ¿Ustedes se acuerdan que el año pasado un poco con el influjo de ese número mágico, 2000, era un número redondo, la gente creyó era el cambio de siglo y el cambio de milenio?, el cual además traería aparejados grandes cataclismos, desde la tremenda crisis informática, con el ingreso de los dos ceros al sistema informático, hasta el fin del mundo que acostumbran a pronosticar los augures de catástrofes en ocasiones de estos acontecimientos.

Afortunadamente el sistema informático se portó bien, claro, con unos cuantos centenares de millones de dólares en trabajos previos, pero no hubo ninguna crisis informática: las computadoras aceptaron de buena fe y de buena forma los dos ceros. Además, por supuesto, no hubo cataclismos.

“Pero ahora en serio, viene el cambio de siglo y el cambio de milenio. Más allá de las fechas, este cambio de siglo y milenio tiene un orden en importancia histórico, que de pronto no aprehendemos en su total magnitud”. Y Resumía: “estamos viviendo el pasaje de la ‘sociedad industrial’ a la ‘sociedad del conocimiento’”.

“No es banal este cambio de una civilización industrial a una civilización del conocimiento. Todos nosotros hablamos desde un tiempo atrás de revolución científico-tecnológica, de los cambios tremendos en el mundo de la información y el mundo de las comunicaciones, en esta mundialización”.

Todo gran cambio produce dificultades de adaptación, sobre todo en una sociedad como la nuestra

Enseguida, apuntando al futuro, su gran preocupación, destacaba la magnitud y trascendencia de estos “tremendos cambios, no sólo en la vida económica, sino consecuentemente de la vida social, del conjunto del hombre y de nuestro país”.

Todo cambio histórico de esta magnitud supuso no sólo cambios “de organización de la vida económica y de la producción, sino consecuentemente de la vida política y social del Universo”.

Agregaba que “todo cambio de tal magnitud produce dificultades de adaptación, sobre todo en una sociedad como la nuestra, la uruguaya, tan morosa en muchos conceptos, tan conservadora, con dificultad para dejar atrás ciertas instancias vividas y adaptarnos a lo nuevo”.

Mirando al futuro en medio de la peor crisis del país

Si bien el contexto económico y social era muy diferente al actual, ya que el país vivía su mayor crisis en las últimas décadas, las reflexiones del general Seregni llamaban a superar aquel terrible momento pero proyectándose hacia el futuro, hacia un camino de transformaciones de nuestra sociedad con justicia y libertad:

“Debemos superar una coyuntura, porque es una coyuntura este bajón económico que sufre nuestro país con estas tremendas resultancias sociales”.

Pero, al mismo tiempo, sin perder su visión estratégica, planteaba la exigencia de “meternos profundamente en la ‘sociedad de conocimiento’, porque es absolutamente necesario este tránsito (…) con todo lo que ello supone”, y al mismo tiempo “superar la desesperanza”.

Es necesario renovarse, lograr una mejor adecuación al mundo nuevo

Seregni afirmaba: “Creemos estar en tiempos donde es necesario renovarse. La sociedad entera uruguaya, así como la sociedad política, sienten la necesidad de renovación, de una mejor adecuación al mundo nuevo que estamos transitando.

“Esas etapas de renovación suponen, por un lado, la afirmación de valores: valores societales, valores éticos, valores morales, que hemos perdido en los últimos tiempos.

Pero por otro lado lanzarnos, repito, a una nueva época y a un nuevo conocimiento”.

Y seguidamente dejaba esta enseñanza, más valorable aun por los tiempos que se vivían: “levantemos el punto de mira, dejemos esa mirada ramplona de la inmediatez, pensemos otra vez en términos históricos, en términos trascendentes, para poder operar sobre el presente”.

Hagamos de nuestro Uruguay un lugar de excelencia

Acercándose al final de su discurso, decía el general: “en esta noche ya cerca del fin de este siglo XX, ‘problemático y febril’ como dijera Discepolín, y cerca de abordar el siglo XXI y el nuevo milenio, yo les digo mis amigos: considero que es un compromiso para todos los orientales, el recuperar la esperanza, el recrear una esperanza no vacía, sino una esperanza cierta en nuestras posibilidades de recuperación”.

Y, retomando su reflexión impregnada de futuro y esperanza, reafirmaba: “sólo si somos capaces de meternos profundamente en la ‘sociedad del conocimiento’, (haremos) de nuestro Uruguay un lugar de excelencia”.

Y finalizaba: “Seamos capaces de dejar atrás fantasmas y vestiduras del pasado y abordemos, ¡sí con alegría!, ¡sí con voluntad de creación!, esta tremenda aventura de conquistar el siglo XXI. Tenemos que abordarlo como una cosa fundamental para el futuro de nuestro país, para las posibilidades de realización de nuestra patria y de nuestra gente”.