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Sábado, 01 05 2021
(Tiempo estimado: 3 - 6 minutos)
1º de Mayo

Un gran saludo solidario

Danilo Astori envió un saludo al 1º de Mayo. El mismo fue publicado en el Suplemento de La República dedicado al Día Internacional de los Trabajadores, y se reproduce a continuación.

Danilo Astori, exministro de Economía y Finanzas, senador de Asamblea Uruguay/Frente Amplio. FOTO: AU Canelones

En nuestros análisis acerca de la sociedad y cómo mejorarla a favor de la gente, siempre hemos jerarquizado el mundo del trabajo. Porque es nuestro mundo. El mundo de los que con su actividad física y mental producen resultados todos los días. El mundo de los que vuelcan todo su esfuerzo al servicio del resultado que el país necesita y que ellos también, individual y colectivamente considerados, necesitan. En fin, el mundo de los que cada día, en la ciudad y el campo, construyen tantos compatriotas, el que llevan adelante en la producción y los servicios, en la generación de bienes tangibles e intangibles, en empresas diversas, en el sector privado y el público, en los emprendimientos de diverso porte, incluyendo los unipersonales. Y también el mundo de quienes generan posibilidades de empleo, para sí mismos y para otros, los que arriesgan, estudian e incorporan tecnologías y maneras de hacer más efectiva su actividad, para que avance el país y, cabe subrayarlo en estos tiempos tan difíciles, para generar sustento para otros compatriotas.

Los que salen todos los días a trabajar, y los que sin conseguirlo se sienten con pleno derecho parte del mundo del trabajo, han tomado desde hace décadas un día para brindarle al trabajo y a ellos mismos como trabajadores, el homenaje que esa actividad fundamental de los seres humanos merece. Por eso el 1º de Mayo siempre es de celebración, de homenaje, pero también de lucha, de reivindicación de los derechos esenciales ya no solo de los trabajadores sino de las grandes mayorías nacionales, como gustaba decir Liber Seregni.

Y cada 1º de Mayo posee, por lo dicho anteriormente, sus peculiaridades. Cada año representa esta fecha una plataforma de aspiraciones y reclamos específicos para una realidad siempre cambiante. Por eso cada 1º de Mayo queda marcado en nuestra memoria de manera especial, por las circunstancias en que se realizó y por las consecuencias que tuvo. Hoy quiero evocar brevemente el de 1983, realizado en plena dictadura, en el clima represivo y de temor imperante entonces. Aquel día, ese mundo del trabajo se expresó masivamente en la calle, venciendo al miedo y al peligro. Ese espacio público –escenario emblemático de la democracia– que por más de una década había estado vedado, prohibido, custodiado por el terror dictatorial, fue abierto por los trabajadores que protagonizaron el primer gran acto de masas en dictadura. Precedido por otros hitos populares, como el plebiscito de 1980, por las elecciones internas vigiladas y con proscriptos de los partidos políticos, en 1982, y por miles y miles de pequeñas acciones de resistencia en las que uruguayas y uruguayos fueron acumulando valor y fuerza para lograr el regreso a la libertad, el 1º de Mayo del 83 fue el de la recuperación del espacio público.

Luego de 38 años, tras varios años de democracia, ese espacio público vuelve a estar cerrado para el 1º de Mayo. Pero esta vez son los trabajadores los que llaman a no poblarlo, a cambiar el escenario, a no congregarse. Sin embargo, aun anhelando las plazas y las calles, el mundo del trabajo celebra su día, rinde homenaje a sus mártires, reclama sus derechos y convoca a todos los compatriotas a redoblar en esta nueva prueba, tan diferente a otras, con inéditas exigencias.

La exhortación a cuidarnos va acompañada de un compromiso, signado por una gran responsabilidad con relación a la salud y la vida, pero también por el reclamo, pocas veces tan justificado, de empleo y de utilización de los recursos disponibles –que el país fue forjando en años anteriores y ojalá hoy fueran reconocidos y utilizados plenamente– para atender las urgencias sociales. Al igual que la oposición política y diversas expresiones de la sociedad civil, los trabajadores y el PIT-CNT, con su voluntad de diálogo y una actitud constructiva y respetuosa, tienen mucho para aportar en estos momentos de desconcierto y angustia para tanta gente. Todos los trabajadores, los que mantienen sus fuentes laborales y los que la han perdido, los que en distintas funciones han estado en la primera línea del combate a la pandemia brindando ejemplos que tanto reconoce nuestro pueblo, y también los que han debido replegarse para preservar su salud, todos ellos tienen derecho a ser considerados, escuchados y respaldados desde los ámbitos donde se toman las decisiones como país.

Desgraciadamente estos necesarios caminos de diálogo y acuerdos no han transcurrido como hubiésemos deseado. Lo hemos reiterado en los últimos tiempos, reconociendo los aciertos del gobierno en materia sanitaria durante los primeros meses de la pandemia, pero advirtiendo sobre las graves consecuencias de sus errores y omisiones en lo económico, social y político, y también sobre conductas erráticas o francamente equivocadas seguidas en diferentes planos durante estos últimos meses de agravamiento del Covid-19 en el país.

Hoy resulta oportuno recordar que el 1º de Mayo ha estado profundamente ligado a ese valor humano fundamental que es la libertad. No la “libertad” que tienen actualmente muchos compatriotas para elegir la esquina donde solicitar una moneda o para tocar el timbre del desconocido al que se pedirá ropa o comida. La libertad que identificamos con las plataformas del 1º de Mayo es aquella que nos permite el acceso a los derechos básicos de la vida humana. La libertad que, construida con sentido de justicia y de equidad, en la brega de todo el país por la salud, la educación, la vivienda y el trabajo, pueda ser acompañada por un sentimiento que tanto necesitamos y que nos ayudará a salir adelante: la esperanza. Ayudémosla desde todos los ámbitos; ojalá que también desde aquellos donde la ciudadanía ha depositado su confianza para asumir las máximas responsabilidades de la nación.

Son estos, entonces, tiempos de redoblar la solidaridad con los trabajadores. Con los que mantienen sus empleos pero ven disminuir sus ingresos, con los que están desocupados, con los que continúan arriesgando su salud cuidando la de los demás, con esa parte del mundo del trabajo que necesita mejores condiciones para abrir fuentes de empleo para otros compatriotas, con los que padecen la enfermedad y otras consecuencias de la pandemia y con las familias de quienes no pudieron superarla.
Vaya en este tan especial 1º de Mayo de 2021 un gran saludo solidario y nuestro reconocimiento a los trabajadores y trabajadoras del Uruguay.

Danilo Astori