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Miércoles, 15 04 2020
(Tiempo estimado: 2 - 4 minutos)
IRRESPONSABILIDAD

LUC: un retroceso que también ignora qué país quedará tras el covid-19

La LUC representa un retroceso respecto a los avances que hizo Uruguay. Tratarla ahora no une al Uruguay y es irresponsable

Tratar la LUC conspira contra la calidad democrática y la unidad del Uruguay en un momento gravísimo. FOTO: Diputados

La ley de urgente consideración (LUC), que el oficialismo se empecina en tratar en el parlamento, fue redactada en otro país, para otro país.
La observación fue realizada ayer por el exsubsecretario de Economía Pablo Ferreri(1).

Fue redactada en un país que seguía creciendo -más allá del enlentecimiento de los últimos años por el impacto de la crisis regional-, con un producto per cápita de más de 17 mil dólares, con la pobreza en torno al 8 por ciento y la indigencia por debajo de un punto, con niveles de desarrollo humano y equidad que crecieron sustancialmente en los últimos años (los más altos de Latinoamérica).

OTRO PAÍS

Es indudable que Uruguay construyó fortalezas que hoy le permiten mejores condiciones para afrontar la gravísima situación que vivimos; logros que se están revelando esenciales para ello, como su solidez financiera, su bagaje en materia digital, la fortaleza de su democracia y su funcionamiento institucional, las inversiones públicas y privadas realizadas y las previstas para el futuro inmediato, entre otros.

Sin embargo, pese a estas fortalezas, la irrupción del coronavirus nos dejará otro país, en un mundo también distinto: en recesión y peor aún que el que teníamos.
Aunque la LUC ya constituía un retroceso para aquel país en el que fue concebida(2), será aún más negativa y peligrosa en el Uruguay que quedará tras el paso del covid-19.

El mismo gobierno que siendo oposición se opuso, por ejemplo, al impuesto a las pasividades más altas (IASS), no solo lo debe mantener sino que lo ha incrementado en las franjas más altas, con lo que todos los partidos han estado de acuerdo. Se podrían poner otros ejemplos de lo absurdo que resultaría imponer esta ley “ómnibus” para una realidad que apenas puede avizorarse y que seguramente cambiará para peor las expectativas y las visiones de la sociedad en su conjunto.

IRRESPONSABILIDAD

Son demasiados y de gran importancia los temas económicos, sociales, institucionales, jurídicos que el proyecto cambiaría si se aprobara. Afectaría aún más las condiciones de vida de la gente, la producción, los servicios, el funcionamiento institucional. Se aplicaría sobre una realidad que sus autores no podrían evaluar ahora. Nadie podría hacerlo. Aventurarse a modificar en determinado sentido cuestiones tan importantes y sensibles es, antes que nada, un acto de irresponsabilidad.

A ello hay que agregarle, como se viene advirtiendo desde el Frente Amplio (FA), que el debate se daría en pésimas condiciones, dados el contexto sanitario en el cual sesionaría el parlamento, la incertidumbre en materia de datos e informaciones imprescindibles para adoptar decisiones, y el hecho de que la crisis provocada por el coronavirus se está procesando y no puede saberse cómo evolucionará.

Dentro de la coalición “multicolor” hay notorias discrepancias con el proyecto, lo que ha dado lugar a que sectores del oficialismo estén rechazando públicamente varias medidas. Asimismo debe recordarse que la LUC tal como está redactada no fue avalada por el acuerdo preelectoral de la coalición gobernante. Es una iniciativa del sector que lidera el presidente Luis Lacalle Pou, que la mantiene sin atender las opiniones de sus socios.

CONTRA LA UNIDAD DEL URUGUAY

Son múltiples e incontrovertibles las razones que tiene el FA cuando reclama no introducir la iniciativa en el ámbito parlamentario, el cual, por si fuera poco, tiene un plazo brevísimo para su tratamiento.

Es mucho lo que está en juego. Entre otras cosas, nada menos que el mantenimiento de la calidad democrática del Uruguay, que se compromete cuando de “prepo” se impone un proyecto como este, en un momento como este.

El tratamiento de la LUC “está conspirando contra la unidad del Uruguay, que tiene que ser un capital fundamental, incluso no solo por lo que estamos viviendo ahora, sino por el día después, que es tan importante para un país que vive dificultades y las está combatiendo”, resumió el senador Danilo Astori.

(1) En Perspectiva, 14/04/2020 ().

(2) La LUC “representa un retroceso respecto a los avances que hizo Uruguay”, dijo Danilo Astori al señalar los beneficios económicos, financieros y sociales conquistados en los últimos años que serían arrasados de prosperar la iniciativa.

Aunque la LUC ya constituía un retroceso para aquel país en el que fue concebida, será aún más negativa y peligrosa en el Uruguay que quedará tras el paso del covid-19.

La LUC conspira contra la calidad democrática y la unidad del Uruguay en un momento gravísimo.